El concepto de agricultura digital ha evolucionado y se ha ampliado para abarcar diversos elementos, hemos transitado por agricultura 4.0, agricultura de precisión, manejo por sitio específico entre otros conceptos complementarios que representan la constante evolución de la integración de la tecnología en la agricultura.

En términos generales, la agricultura digital se define como una disciplina que integra tecnologías y procesos en toda la cadena de suministro del sector agrícola. Su objetivo es mejorar la eficiencia, productividad, sostenibilidad y reducir el impacto ambiental. Para lograr esto, se utilizan herramientas como teledetección, internet de las cosas (IoT), análisis de datos e inteligencia artificial, entre otros.

Los procesos de digitalización en la agricultura ofrecen múltiples beneficios. Entre ellos, se encuentra la automatización de tareas recurrentes, como los registros de labores de campo y cosecha. También permite la toma de decisiones estratégicas y de producción basadas en información y análisis sólidos provenientes de registros y sensores de monitoreo remotos. Además, la digitalización optimiza el uso de insumos mediante modelos predictivos o aplicaciones variables. Asimismo, proporciona información confiable al consumidor sobre el origen y los procesos realizados a lo largo de la cadena productiva, lo cual es cada vez más relevante para el mercado exportador de alimentos.

Actualmente, existen numerosas aplicaciones y casos de éxito en el ámbito de la agricultura digital. Uno de los ejemplos más destacados es el manejo diferenciado en tasas de siembra y fertilización para distintos ambientes de cultivo. Los resultados documentados demuestran reducciones en los costos totales de más del 12% y, en algunos casos, hasta un 20% en la aplicación de ciertos insumos. Sin embargo, la digitalización también permite generar modelos predictivos de rendimiento, estimaciones precisas de variables como el número de plantas o la biomasa en un cultivo, cálculos de daños ocasionados por eventos climáticos, alertas de heladas y modelos para determinar el momento óptimo de aplicación de insumos. Las posibilidades son infinitas y esperamos profundizar en algunos de estos aspectos en futuras publicaciones.

Aunque las tecnologías continúan evolucionando y sus costos están disminuyendo, lo que favorece su adopción, aún existen desafíos para lograr una implementación significativa. Según datos del Banco Mundial (2021), Colombia tiene un menor porcentaje de personas que utilizan internet en comparación con otros países de la OCDE. Solo el 73% de la población colombiana utiliza internet, mientras que el promedio de los miembros de la OCDE es del 87%. Además, según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE de 2022, solo el 59.5% de los hogares en Colombia cuentan con acceso a internet, y en las áreas rurales esta cifra es aún más baja, con solo el 32.2% de los hogares conectados. Sin embargo, es importante destacar que el 75.5% de los hogares rurales se conectan a internet a través de dispositivos móviles, por lo que el crecimiento en la conectividad móvil será fundamental en los próximos años.

En un informe del Harvard Business Review de 2016, se evaluó la digitalización por sectores considerando los activos, su uso y el impacto en la mano de obra. Se identificó a la agricultura como el sector de la economía con menor adopción de tecnologías en Estados Unidos.

Este contexto presenta una serie de desafíos y oportunidades para la optimización y el impulso de la agricultura a nivel global en los próximos años. Se espera un aumento del 30% en el empleo de operadores de equipos agrícolas en los próximos cinco años, según el informe del Foro Económico Mundial sobre el futuro del empleo en 2023. Esta tendencia se debe en parte a mayores niveles de adopción de tecnologías y a un aumento de las inversiones en adaptación al cambio climático. Además, las principales macrotendencias que impulsarán la transformación en las organizaciones agroindustriales son una mayor adopción de tecnologías, la gobernanza ambiental, social y corporativa (ESG, por sus siglas en inglés) y las inversiones en transiciones productivas más amigables con el medio ambiente. En cuanto a las tecnologías que tendrán un mayor impacto en el sector en los próximos cinco años, se destacan aquellas que reducirán el impacto del cambio climático y las plataformas digitales para la gestión y el comercio electrónico.

Finalmente, la agricultura digital representa una revolución en el sector agrícola, impulsada por la integración de tecnologías avanzadas y procesos innovadores. A medida que avanza la digitalización, se abren nuevas oportunidades para mejorar la eficiencia, la productividad y la sostenibilidad en la cadena de suministro agroalimentaria. Si bien existen desafíos a superar, como la conectividad y la adopción generalizada de tecnologías, el futuro de la agricultura digital se vislumbra prometedor. Con el apoyo adecuado, el sector agrícola está preparado para enfrentar los desafíos globales y aprovechar las ventajas de las tecnologías digitales para impulsar el crecimiento y el desarrollo sostenible. Estamos emocionados por presenciar los avances continuos en la agricultura digital y su impacto en la forma en que producimos y consumimos alimentos. ¡Un futuro agrícola digital brillante nos espera!